viernes, 13 de noviembre de 2015

Do widzenia Leszno, do zobaczenia Polonia

Viernes 13 de Noviembre 2015, 11:30, aeropuerto de Poznan, Polonia. Escribo estas breves líneas a modo de despedida de un país y un lugar que, sinceramente, me ha gustado mucho. Para mí, Polonia es un país altamente recomendable. No me lo esperaba, pero lo es.
 
Mi primer contacto con Polonia fue hace ya bastantes años. Concretamente, en el año 2010. Lo que, en principio, iba a ser una visita "de tranquis" a un par de compañeros de carrera (Gogor y Lutxo) que estaban "sufriendo" de Erasmus se acabo convirtiendo en una semana de juerga tras juerga junto a Txus y Jorge. Estuvimos en Varsovia y hacía frío, pero no recuerdo mucho más de aquella visita... jeje. Sólo recuerdo un golazo de Messi en la Romareda, que lo empezaba a "petar" por aquel entonces Sexy Bitch de un tal David Guetta (para que veáis qué cosas guarda uno en el baúl de la memoria!) y que volví con un dolor de hígado como pensaba que sólo Sanfermines sabe dejarme.
 
Como digo, en aquel primer viaje, nuestro destino fue Varsovia. Recuerdo alguna visita turística entre juerga y juerga, pero no recuerdo demasiado más... Lo que sí se me quedó marcado de aquella primera toma de contacto con el país fue lo barato que era todo y esa condición especial que tiene Varsovia de tener sitios abiertos 24 horas.
 
Algo más de dos años más tarde (finales de 2012, comienzos de 2013), el destino (el trabajo) quiso que me tocara volver a viajar a Polonia. Esta vez, mi destino era un pueblo llamado Leszno y el proyecto se llamaba Gostyn. Primero tuve una escapada fugaz de dos días (ya que estaba trabajando por aquel entonces en Croacia, alguien pensó que debía aprovechar para pasar por aquí y comparar... jeje). En esta primera visita, no conocí más que las salchichas de las gasolineras.
 
Meses después, me tocó volver y en esa segunda visita ya sí pude "disfrutar" algo más del crudo invierno de Leszno y de uno de los referentes de la ciudad: la discoteca xDemon (menuda noche más grande aquella y menudo viaje de regreso).
 
Pero el proyecto de Gostyn terminó sin que yo volviera a pisarlo, así que tampoco me quedé con un sabor de boca demasiado bueno del país. Había estado en invierno y no había visto nada del país, en realidad (Leszno, más allá de la xDemon, tampoco es nada del otro mundo, y menos con 2 metros de nieve)...
 
Hasta que el destino quiso que, otra vez, me tocara volver a Leszno, esta vez para el proyecto de Gostyn 2. Y además, esta vez, me tocaba venir en verano. El 25 de Agosto de este mismo año ya estaba en Leszno de nuevo. Esta vez sí, pude apreciar el encanto de la ciudad (las terracitas en la plaza central, el poder pasear sin tener que llevar 4 capas de ropa, etc). La verdad es que la ciudad cambia (y mucho) del verano al invierno. Y la xDemon, además, no entiende de temporadas... ella siempre está ahí, omnipresente... jejeje.
 
En total, estuve unas 3 semanas y luego he vuelto a estar otro par de semanas y ésta última (y aún me queda, al menos, una nueva visita express la semana que viene).
Por lo menos, en esta ocasión, sí que he podido viajar un par de fin de semanas y he podido visitar las PRECIOSAS ciudades que son Wroclaw y Cracovia, además de impactarme con la visita guiada al campo de concentración de Auschwitz (bufffff, muy duro, pero merece la pena conocer los errores del pasado para aprender para el futuro). He podido, al menos, disfrutar algo del país en el que me ha tocado estar unas temporadas. A Wroclaw, por cierto, aún me tocará volver una vez más ya que el  próximo lunes estoy viajando de vuelta por aquí. Así pues, podré despedirme como se merece de semejante ciudad (con una cena como mandan los cánones).
 
PARA DESTACAR DE POLONIA: las ciudades de Wroclaw y Cracovia, las cervezas Tyskie y Zywiec, lo barato que es todo y las mujeres (son otra raza, estoy convencido).
Que cada uno las ordene en el orden que más guste... :)
 
LO QUE MENOS ME GUSTA DE POLONIA: el idioma, el cambio de moneda y algunos polacos que no saben comportarse como es debido cuando se sale de juerga (tienen una  tendencia innata a la bronca).
 
Lo dicho, para mí, un país 100 % recomendable y que me encantaría algún día volver a visitar con tranquilidad (pero hay taaaaantos sitios por conocer, que no sé si lo haré). Eso, claro, si no hay un Gostyn 3 o similar que me traiga de vuelta...
 
Do widzenia Leszno, do zobaczenia Polonia.
 
¡Dicho queda!

sábado, 31 de octubre de 2015

Las canciones de mi vida. Introducción

Sábado 31 de Octubre 2015, 11:30, Leszno, Polonia. Escribo de cruda (interesante noche la de ayer). Creo que es mejor así. Escribo mejor cuando estoy de resaca. Sólo me falta un Frioreo para despejar 100% mi mente (jeje). Me levanto y me pongo a escuchar mi música. Cuando escucho la música que me gusta soy feliz ya que puedo "estar" en cualquier parte del mundo con la persona o las personas a las que me recuerde la canción que estoy escuchando. Así de simple.
 
Porque, efectivamente, para mí el gran poder que tiene la música es el del recuerdo. No creo que sea el único al que, por ejemplo, le basta con escuchar los acordes de una guitarra para recordar a cierta persona o cierto momento que viviste con esa canción de fondo. De hecho, hay canciones horrorosas (desde un punto de vista musical) pero que te acaban gustando sólo por eso, por que te hacen recordar.
 
Es más, me arevería a decir que tengo una canción (al menos) para cada persona en mi vida, para cada viaje, para cada momento que nunca olvidaré. Muchas veces, de hecho, me ocurre que me dicen algo y automáticamente lo asocio a cierta canción...

En próximos "capítulos" trataré de ir exponiendo cada una de estas canciones y a quién o a qué me recuerda. Por supuesto, estas son las canciones que llevo en mi móvil, en mi USB. Son las canciones que escucho en el coche en mis ratos de "soledad" y son las canciones que me hacen sentir bien.
 
Y para comenzar con este "serial" de textos, comenzaré con la que para mí es la canción más bonita del mundo. Simplemente adelantaré que se trata de "The Rose" de Bette Midler, pero no avanzaré más porque mi ardillita todavía debe darle vueltas a ese texto. Espero mañana (otra vez de cruda jeje) poder escribir las ideas que esa canción en mi provocan, que son muchas y no sé si sabré plasmar en un texto. Lo intentaré, no obstante.
 
De momento, nada más. El propósito de este post es simplemente "avisar" que en próximos posts iré escribiendo sobre diferentes canciones (cuando tenga tiempo). Como dije hace unos días, es tiempo de filosofar...
 
¡Dicho queda!

domingo, 18 de octubre de 2015

Los domingos de mierda

Domingo. Buffff. Un domingo más fuera de casa. Pereza. No sé por qué pero nunca me han gustado los domingos. Para mí son, de largo, el día más difícil de la semana. Especialmente, cuando estás lejos de tu casa y lejos de tu gente.

Creo que, en el tipo de vida laboral que llevo, lo peor de un domingo fuera es, aunque suene raro, no trabajar. El resto de dias al menos tienes esa dinámica de levantarte, desayunar, subir a parque a trabajar y, con el agobio del curro, "haces" el día con mayor o menor gloria...
 
Pero un domingo como hoy... qué haces? Te levantas (por desgracia) más pronto de lo que te hubiese gustado (maldito Morfeo!) y lo único que te viene a la mente es: por qué estoy aquí? para qué? merece la pena?
 
El otro día escribí esas mismas preguntas en mi Facebook y mis amigos (los de verdad) se preocuparon por mí. No hacía falta, pero se agradece.
Pues bien, hoy domingo 18 de Octubre de 2015, he decidido darle un poco más a mi ardillita y elaborar un poco el pensamiento detrás de esas preguntas... Y que conste que hoy no será un "domingo de mierda" si no que (espero) será un "domingo de provecho".
 
Comenzaré diciendo que me gustan muchos aspectos de mi vida y de mi trabajo pero el que peor llevo es sin duda el de estar lejos (tanto física como incluso mentalmente) de mi hogar y de mi gente. Antes llevaba mejor este hecho, pero últimamente me afecta más de lo que debería. Especialmente, tampoco sé muy bien por qué, en este último viaje.

Algunos dirán que me estoy haciendo "viejo" (puede ser) o que me estoy volviendo un "ñoñas" ahora que he pasado por la vicaría (también puede ser). Yo creo que es un poco de todo: cansancio, edad, ñoñería no creo jaja... Y también creo que afecta el hecho de haber estado el medio año anterior en casa. A lo bueno, uno se acostumbra rápido.
 
Como decía, no todo es malo (ni mucho menos): conoces nuevas culturas (de una riqueza infinita), gente increíble (alguna de esa gente son personas de las que guardas amistad para toda la vida), vives algunas experiencias únicas (en el día a día, no hace falta hacer nada "especial" para vivirlas). Por resumirlo, te enriquece como persona y te hace darte cuenta de las virtudes y defectos de la vida a la que estamos acostumbrados (vida que, por cierto, muchas veces pensamos que es la única válida y claramente no es así).
 
Lo malo viene cuando las cosas malas "salen a la palestra" más a menudo de lo que deberían y cuándo hay muchos momentos que te haces esas preguntas de por qué?, para qué?, merece la pena?. Porque creo que esta última es la pregunta clave: merece la pena? Personalmente, creo que ha llegado el momento en que la respuesta ha pasado a ser NO.
 
Sé que, probablemente, en unos pocos días, cuando esté de vuelta en casa, me haya olvidado de esta sensación y volveré a caer en el error de no hacer lo que realmente "me pide el cuerpo": plantarme y "poner el huevo" de una vez por todas.
 
Al menos, cuando eso ocurra, tendré estas líneas para recordarme que, aunque en ese momento no lo sienta, volveré a sentir esta sensación de "domingo de mierda". Mientras tanto, trataremos de convertir este último "domingo de mierda" en un "domingo de provecho" a la vez que ya cuento (con los dedos de una mano) los días que me quedan para volver.
 
¡Dicho queda!

lunes, 7 de octubre de 2013

Mi odio a los camiones

Por mi trabajo me toca bastante viajar por carretera. Además, en los últimos tiempos me ha tocado bastante hacerlo por España y, aunque no aplica solamente a este país, si hay algo que odio de mis viajes son los camiones en las autopistas (en realidad, los camiones en general).

Entiendo que los camiones son imprescindibles y que hacen una labor de transporte que no se puede obviar. También entiendo que los camiones es casi mejor encontrárselos en autopista que en carretera convencional (yo, como usuario asiduo de autopistas y autovías, me quejo de encontrármelos en ese tipo de carreteras, pero reconozco que es mucho peor hacerlo en carreteras de un único carril). Sin embargo, a veces pienso que los camioneros se  creen los reyes de la carretera y eso es lo que me hace "odiarlos".

En los últimos meses, sólo en Pamplona, tres personas han muerto por sendos accidentes en los que se han visto involucradas con camiones. Ambos casos, aunque muy distintos, han tenido un denominador común: camión fuera de control que choca / arrolla a un coche en el que mueren sus ocupantes. En realidad, ambos accidentes son muy distintos pero tienen ese denominador común:
  • En el primero el camión entra sin control en una rotonda y cae (literalmente) encima de un coche
  • En el segundo el camión pincha una rueda en la autopista e invade el carril contrario para acabar chocando contra un coche
Lo que no puede ser es que un camión pierda el control y los que mueran sean personas que nada tenían que ver con el incidente (sólo la mala suerte de estar en el sitio incorrecto en el momento incorrecto), mientras que el conductor de camión sale "ileso" (lo entrecomillo porque me imagino que, pese a no tener consecuencias físicas, es muy probable que psíquicamente hablando sí se vean afectados).

Esa es la queja principal (y más grave) pero también tengo otra: odio cuando un camión que va a 91 km/h adelanta a otro que va a 90. Y más si lo hacen  sabiendo que vienen coches detrás. Hay veces que me atrevo a decir que lo hacen adrede: van detrás y se ponen a adelantar cuando ven que vas a llegar. El otro día, de hecho, igual estuve 3 minutos esperando a que un camión adelantara a otro (porque esa es otra, parece como si el camión que va a ser adelantado se picara y acelerara para hacer más eterna la maniobra). La cola que se formó detrás del camión que adelantaba fue enorme. Además, es una de las sensaciones más desagradables encontrarte detrás de un camión que está adelantando a otro (y no te digo ya si justo detrás tienes un tercer camión).

Yo, por mi parte, ya he ajustado mi conducción cuando me cruzo con un camión. Por ejemplo:
  • Intento evitar entrar a una rotonda con un camión en paralelo
  • Trato de evitar esa sensación de sentirme "encerrado" por dos camiones adelantando uno a otro en autopista
  • Siempre que adelanto a un camión, lo hago con el 100% de mis sentidos alerta
Por si acaso... Creo que son pautas que todos deberíamos aplicar.

¡Dicho queda!

lunes, 22 de julio de 2013

Las paradojas de las villavesas

Para los que no sean de Mordor, VILLAVESA: Autobús interurbano. Guagua.

El término me hace bastante gracia tiene su historia: proviene de "La Villavesa", que fue la primera sociedad destinada al transporte de pasajeros interurbano en Pamplona. Obviamente, tenía su sede social en Villava (localidad muy cercana a Pamplona), y de ahí su nombre, pese a que la sociedad se disolvió en 1969. Wikipedia dixit.

Pues bien. Aunque ya no sea una villavesa, para qué le vas a cambiar el nombre si toda la vida le has llamado villavesa? Es como si ahora la marca kleenex se disolviera. Pasarías a llamar a los pañuelos de papel con ese nombre (pañuelos de papel)? Pues claro que no. Seguirían siendo "los clínex de toda la vida"...

Pero bueno, que lo que quiero aquí contar es algo que me ha pasado ya en un par de ocasiones últimamente y que estoy seguro que a muchos de vosotros también os habrá pasado en alguna que otra ocasión. Yo le llamo "las paradojas de las villavesas".

He de aclarar en primer lugar que no soy un asiduo usuario de las villavesas. Al menos, no lo era. Pero últimamente, con la de problemas que me ha dado la batería del coche, he rememorado viejos tiempos: mi hora y media diaria en "la 7" para ir de casa al colegio y del colegio a casa. Eso sí que daría para un gran post, pero esa es otra historia.

Como decía no suelo utilizar este medio de transporte. Y esa puede ser una de las razones por las que me ocurren estas paradojas. Antes, sabía perfectamente para cada día de la semana (y cada día era ligeramente diferente) a qué hora debía salir de casa para llegar a la parada exactamente en el momento en que llegaba la villavesa. Y no es broma. Ahora, si llego a menos cinco a la parada, veo como justo la villavesa se marcha sin mí. Pero es que si llego un minuto antes, me toca esperar 5 minutos en la parada porque la villavesa se retrasa. Me ha pasado más de una vez (y más de dos) eso de estar esperando al paso de cebra de la plaza Príncipe de Viana y ver cómo se escapa "la 20" en mis narices.

Y es que esa es la primera paradoja: No importa a qué hora llegues, a la parada, siempre lo harás o unos segundos tarde o unos minutos antes.

Como ya he dicho, esta primera paradoja se puede paliar con la experiencia y llega un momento en que perfeccionas los horarios de tu villavesa.

Pero si tienes la desgracia de llegar unos segundos tarde a la parada y tienes que esperar a que venga otra, entonces te encuentras de bruces con la segunda paradoja y esa es inevitable incluso para los más experimentados: El tiempo que esperas en la parada de villavesa es SIEMPRE sensiblemente superior al que te dice la marquesina (otro término que me hace mucha gracia) y, además, verás amenizado tu tiempo con un sinfín de villavesas que, obviamente, no son la tuya y que están llegando con una frecuencia mucho mayor que la que indica la marquesina.

Es matemático. Pongo mi ejemplo (REAL): se me escapa "la 20" en las narices. Según la marquesina, la siguiente "20" ha de llegar 20 minutos más tarde (tengo la desgracia de que la villavesa que uso tiene además una frecuencia muy baja). Pues bien, la siguiente "20" tarda en llegar en realidad 25 minutos y en esos 25 minutos me ha dado tiempo a ver 5 "4H" y 5 "4V" (que supuestamente tienen una frecuencia de 6 minutos cada una), pero es que también me da tiempo a ver 2 "25" (que supuestamente tienen una frecuencia inferior a la línea que yo uso). No hace falta ser un "hacha" de las matemáticas para ver que ahí se está dando una paradoja...

Pero es que es más, me atrevo a decir que seguro que si la villavesa que necesito es "la 25", entonces veo pasar "20" con mucha mayor frecuencia.

¡Dicho queda!

domingo, 21 de julio de 2013

Mordor

Gracias a las redes sociales en general y a Facebook en particular, se ha hecho mundialmente famosa la frase de "Pamplona es Mordor". Pues bien, hay gran parte de verdad en dicha afirmación.

Sólo así se explica que hace sólo mes y medio nos tocara vivir una de las mayores inundaciones de los últimos tiempos; hace menos de un mes (a finales de Junio) recuerdo ir a trabajar todavía con txamarra y coincidiendo con los sanfermines llegara esta ola de calor que tiene pinta de que no nos va a abandonar en una buena temporada...

Y es que, parafraseando una canción de Melendi, "la primavera la inventó el Corte Inglés". Hemos pasado del invierno más crudo y largo que yo recuerde al calor asfixiante más extremo. Esto último no deja de ser normal en la época del año en la que estamos, pero parecía imposible hace apenas un mes. Y lo que es peor, tiene pinta de que este año allá por Octubre / Noviembre seguirá haciendo calor, por lo que el otoño tiene pinta también de ser "de broma".

Pero es que la frase tiene unas connotaciones mucho mayores. A mí que me toca viajar bastante recuerdo perfectamente esa sensación de notar que vas acercándote a Pamplona con el coche porque te vas metiendo en una zona de nubes. Si estabas cerca de Pamplona y veias un buen grupo de nubes, allá que estaba Pamplona. Ni GPS hacía falta. Y tengo amigos y compañeros de trabajo que viven en Logroño y trabajan en Pamplona que coincidían en indicar que era pasar los túneles del Perdón y la climatología cambiaba drásticamente. O la sensación de montarte en el tren en Pamplona con el abrigo en pleno mayo y bajarte en Madrid ahogado de calor. Eso también me ha pasado.

En fin, como la cuestión es quejarse, los mismos que hace un mes estábamos hasta las narices de no ver un rayo de sol, lo estamos ahora de este calor. Y lo malo, como ya he dicho, es que parece que va para largo...

¡Dicho queda!

viernes, 19 de julio de 2013

Los ruidos molestos / Los molestos ruidos

El mes de Julio ha sido complicado en muchos sentidos (trabajo, viajes, Sanfermines, vacaciones) y una consecuencia directa ha sido tener muy abandonado el blog. Espero que ahora que poco a poco voy a tener que ir volviendo a la normalidad pueda volver a escribir con asiduidad porque, desde luego, tengo en el interior de mi cabeza ideas sobre las que escribir.

En uno de los viajes en tren que he realizado en este mes me tocó sentir la desagradable sensación de intentar dormir y no poder porque había un traqueteo (probablemente imperceptible para el resto de pasajeros) que se metió hasta el fondo de mi cabeza y no pude conciliar el sueño.

Y es que en la mayoría de los casos son ruidos minúsculos, ya digo, probablemente imperceptibles para el resto de personas, pero son unos ruidos que si se te cruzan, llegan a ser realmente molestos. En este caso era el traqueteo del tren que hacía vibrar ligeramente el asiento y producía un pequeño ruido, pero en el último mes he tenido una experiencia similar: el llanto del chino filipino que no me dejó dormir en casa de Zapata en Madrid.

Estos molestos ruidos siempre tienen dos características principales comunes: no sabes que están ahí hasta que te concentras en algo y son tremendamente repetitivos. Mientras vas hablando o haciendo cualquier tipo de "ejercicio" que no requiera concentración, ni los notas. Pero como quieras leer, ver una película, escuchar música o dormir, ¡ay amigo, date por jodido!, una vez lo oigas una vez, ya no lo vas a dejar de oír por mucho que quieras.

¡Dicho queda!